Tu cuerpo ardiente llama viva...

Tu cuerpo ardiente llama viva
que alimenta mi instinto y mi pasión
entre sabanas de seda en tus brazos
me enloquece, me enciende y conmueve
haciendo estremecer mi corazón.

Tu voz torrente de sensualidad
que al pronunciar palabras de amor
me transporta en versos al universo
las siento como s¡ fueran besos
que en mis labios siento con candor.

Tus ojos con el brillo del deseo
inmersos en la esencia de mi ser
me cautivan y me sumerge en un letargo
cuando el amor contigo hago
del crepúsculo hasta el amanecer.



Lapidación femenina

Mujer que a morir te condenan
a muerte en lapidación
por manos de otros amigos
que enseñándose contigo
a ti te arrebatan la vida
y rompen mi corazón.

Con insultos y con piedras
se va escapando tu vida
en realidad tus heridas
serán marcadas con fuego
en la piel de tus verdugos
y en todos tus herederos.

Creyendo los pobres necios
que tu alma así se salva
dueños de tus esperanzas
en tus últimos suspiros
escucharas los insultos
entre cantos y alabanzas.

Esos hombre impolutos
que al tirar la primer piedra
se convierten en sanguinarios
recordándome el calvario
por el que Jesús pasó
terminando en su sudario.

El que este libre de pecado
tire la primera piedra
es un dogma, una enseñanza
de todas las religiones
pero no atienden a razones
por prepotencia y sumisión
esos seudo religiosos
que pueblan tu gran nación.


A solas en mi soledad


Querido amigo, ¿Que dices?
¿que sin mi no puedes estar?
¿Donde estas cuando yo sufro
a sola en mi soledad?

Me paso el día esperando
una llamada de ti
cuando podrás descubrir
que la amistad es un don
que con cariño se entrega
de mente y con corazón.

Al reclamar tu presencia
mentiras y divagaciones
se clavan dentro del alma
sin comprender las razones.

Pero amigo mío te digo,
si necesitado estas,
vuelve a mi casa a llamar.
¿Tu no comprendes mi amigo
que a mi me haces infeliz
cuando se que vas a sufrir
a solas en tu soledad?.

A mi madre, la mejor del mundo



Con una rosa en la mano
yo te quiero a ti decir
que mi fortuna en la vida
fue tener una madre así.

Tu plantaste la semilla
que con mis versos transmito
me enseñaste del perdón
con tu amor siempre infinito.

Me hablaste de los poetas
recitando sus poesías
y me las enseñaste a amar,
mientras a tu lado crecía.


Mi sufrimiento era el tuyo
 y mi alegría tu vida,
eras mi apoyo y sostén
cuando de pena sufría.

Madre entre todas las madres
y mujer entre mujeres
con tu amor siempre llenaste,
mi corazón de placeres.

Placeres mas importante,
que las cosas materiales
haciendome mas feliz,
que el mejor de los mortales.

Declamabas los poemas,
con corazón y pasión
haciéndome vibrar
y encoger mi corazón.

Me grabaste en el alma
 tu ultima poesía
cuando en tus ultimas horas,
 ya de fuerzas carecías.

Levantando tu mano
y en señal de bendición,
abandonaste mi vida,
pero no mi corazón.

Aquí para escuchar el poema a un rosal recitado por ella de Francisco de Quevedo

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger... Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...